El hígado es un órgano que está localizado en la región superior derecha del abdomen. Su peso es de aproximadamente 1,5 kg, y mide alrededor de 25cm de longitud. Sus muchas funciones vitales incluyen la producción de varias proteínas esenciales, lípidos, y la bilis, así como el metabolismo de los medicamentos y la eliminación de toxinas dañinas.
Cáncer de hígado es un crecimiento canceroso que se produce en este hígado. Es un problema muy común en todo el mundo, con más de 1 millón de casos nuevos diagnosticados cada año. La incidencia de cáncer de hígado es muy alto en Asia y Africa. Su incidencia es mayor en los hombres. Las causas más comunes de cáncer de hígado son la hepatitis B y C, el alcohol y la obesidad.
Los síntomas de cáncer de hígado son a menudo vagos y no específicos. Se pueden incluir dolor abdominal, náuseas, pérdida de peso y coloración amarillenta de la piel o ictericia.
El diagnóstico de cáncer de hígado a menudo implica el examen radiológico como ecografía abdominal, tomografía computarizada o resonancia magnética. El diagnóstico de cáncer de hígado se puede confirmar mediante la realización de una aguja de biopsia de la lesión sospechosa en el hígado. En addtion, un marcador tumoral llamada alfa-feto-proteína o AFP pueden ser elevados en pacientes con cáncer de hígado.
En el tratamiento del cáncer de hígado, la cirugía puede ser curativa en una minoría de casos en los que el tumor es resecable. En irresecable cáncer de hígado, una nueva clase de medicamento llamado Nexavar puede proporcionar un beneficio en la supervivencia. Otras opciones de tratamiento en el tratamiento de cáncer de hígado incluyen la radioterapia, la inyección percutánea de etanol, la criocirugía, ablación por radiofrecuencia y la quimioembolización. En casos limitados, el trasplante de hígado puede ser también una opción de tratamiento.
El pronóstico global de los pacientes con cáncer de hígado sigue siendo muy pobre. Sólo alrededor del 15% de cáncer de hígado son quirúrgicamente resecable en el momento del diagnóstico. La supervivencia después de la resección curativa es de aproximadamente 50% a los 5 años. Sin embargo, para los pacientes con enfermedad no resecable, la supervivencia media es de sólo alrededor de 3-6 meses. Se espera que la investigación en curso intensivo de cáncer de ser capaz de proporcionar un mejor resultado en un futuro muy cercano.